Salud Mental
El duelo en una ruptura
¿Cómo afrontar una ruptura de pareja?
El fin de una relación de pareja no es tan distinto a cualquier otra pérdida: de un ser querido, de un trabajo, de un rol…
En general, ante una pérdida atravesaremos las siguientes fases:
- Incredulidad/ negación
Cumplen la función de amortiguar el golpe de la pérdida y aplazar parte del dolor, para que vayamos procesándolo poco a poco.
2. Tristeza/ depresión
En esta fase aparecen la tristeza y la melancolía, al echar de menos lo bueno de la realidad pasada y tomar contacto con el cambio que supone la ruptura: nuevas costumbres, rutinas, círculos sociales… que a su vez nos da miedo. Una ruptura implica una reconfiguración del proyecto de vida, pero también una alteración de la identidad que hemos desarrollado en esa relación.
Por otro lado suele aparecer miedo ante un futuro incierto, y la posibilidad de no ser queridos en un futuro “nunca encontraré a nadie igual, me voy a quedar sola….” ¿Te suena?
- Ira
Esta fase del duelo suele ser un momento de rabia y enfado, especialmente con la ex pareja, pero en ocasiones también con el entorno y con el resto del mundo. A veces aparece una gran sensación de injusticia ante lo sucedido, tendiendo a señalar como culpable a la otra persona.
Estas emociones, en dosis adecuadas, son adaptativas, ya que nos activan permitiéndonos tomar distancia de la persona querida y salir del estado de apatía en el que estábamos sumidos en la etapa anterior.
En este punto debemos tener cuidado con el resentimiento: puede anclarnos al problema e impedir que avancemos hasta la siguiente fase.
- Negociación
En esta fase fantaseamos con la idea de cómo podría revertir o cambiar el hecho de la ruptura “¿y si hubiera actuado diferente? ¿y si hubiera sido más…?
En cierto modo se invierte el sentimiento de culpa, pasando de proyectarlo en el otro para poner el foco en uno mismo.
- Aceptación
En esta fase empezamos a conectar con emociones positivas, experimentando alegría nuevamente y retomando el contacto social. Entendemos que se puede estar bien sin la otra persona, pudiendo comenzar incluso una nueva relación de manera saludable.
Estas fases no tienen que seguir el mismo orden para todo el mundo, exceptuando la última. Lo importante es comprender que todas estas emociones son normales y adaptativas, y que gracias a ellas podemos atravesar y superar el duelo, saliendo reforzados.
Si te encuentras transitando por alguna de ellas acéptalas y transítalas con paciencia.